Welcome everybody

If you long for life, culture and especially the truth, I must let you into a secret; you need to look no further because you have found me, Alberto!
I can't promise you won't still be hungry and thirsty, but we can have some fun times together and it will give you something to remember.
Then tomorrow and beyond, you can reflect on what it is like to have a joyful day that in turn leads to a joyful heart.

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sábado, 30 de diciembre de 2017

ABUELOS AL BORDE DE UN ATAQUE DE NIETOS

Leopoldo Abadía, economista, profesor del Instituto de Empresa de la Universidad de Navarra, escritor de éxito, divulgador de la cultura financiera, marido enamorado, padre de doce hijos y abuelo feliz. En este mundo de locos necesitamos más que nunca la experiencia y la sabiduría de los ancianos. Lo cuenta un señor de 84 años pero de corazón de niño, Leopoldo Abadía, que acaba de publicar Abuelos al borde de un ataque de nietos (Planeta).

Abadía habla del papel del abuelo, de la familia numerosa (él es padre de 12 hijos) de cómo sacar partido a los achaques, y de cómo seguir siendo útil y evitar convertirse en un aguafiestas como el Mr. Scrooge del Cuento de Navidad de Dickens. La historia del propio Abadía es muy significativa. Porque fue un perfecto desconocido hasta las 79 años, (desconocido no en el ámbito profesional, porque era un prestigioso profesor de Economía, que enseñó durante años en el IESE, pero si para el gran público).

A esa edad, cuando otros solo piensan en dormitar ante la tele o llenar las tardes con partidas de dominó, Leopoldo Abadía se puso a escribir libros, ir a tertulias o incluso hacer anuncios en televisión. Entre sus libros para entender la crisis económica, en el famoso La crisis ninja y otros misterios de la economía actual, y después a entender otro tipo de crisis -las de la edad- en bestseller como Yo de mayor quiero ser joven o Cómo hacerse mayor sin volverse un gruñón.
Animoso y luchador, Leopoldo Abadía irradia serenidad y optimismo, en su persona y en sus libros.

Porque estamos abocados a un mundo plagado de ancianos. Según el Instituto de Estadística, tenemos en España 8.657.705 personas mayores de 65 años, lo que supone el 18,4% del total de la población. Y comoquiera que la esperanza de vida ha subido (85’4 para las mujeres, 79’9 para los varones) también ha aumentado la proporción de octogenarios. Hace 30, 40 años, en la calle se veían muchos carritos de bebés y pocos andadores de ancianos. Ahora es exactamente al revés. Entre Madrid y Barcelona, por ejemplo, viven casi un millón de personas mayores (995.589). Pero en los núcleos rurales la proporción de ancianos es aún mayor.

Eso acarrea complejos problemas, pone en peligro la bolsa de las pensiones, aumenta el gasto sanitario, supone abrir la puerta a la inmigración, aboca a muchas personas a la soledad. Pero también pone el valor la ancianidad (senectud era sinónimo de sabiduría en la Antigüedad). Nunca antes ha sido más necesario el papel del abuelo. Lo explica, con humor y sentido común, Leopoldo Abadía. Un “joven” de 84 años para el que parece pensada la definición de la juventud que hacía el general McArthur: “El amor por la aventura y el desprecio de la comodidad”.

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